lunes, 23 de junio de 2008

Mejor dicho... Imposible

Mejor dicho... Imposible

Por: Darella Osìo K.

Fecha de publicación: 23/06/08/



“Pero quiero concluir este comentario señalando que debe haber una falla en la gestión oficial que conduce a la repetición de errores: o no se estudian bien los proyectos y las medidas que se adoptan, bien por fallas de los equipos del presidente, o no se calculan las consecuencias de esos errores, con lo cual se subestima la capacidad critica de la opinión pública. Por eso concluyo expresando que es bueno rectificar, pero el exceso banaliza el ejercicio del poder y siembra dudas sobre la conducción del país. Como dice el refrán, bueno es cilantro pero no tanto”

José Vicente Rangel

.No se trata de criticar el rectificar, todo lo contrario, es una de las virtudes de nuestro Presidente y lo diferencia de tantos gobernantes cuarto republicanos, quienes nunca fueron capaces de asumir sus errores.

.No se trata de no ver los logros ni de no valorar todo lo que hemos avanzado a pesar de esta guerra bestial, si no que los logros están allí, palpables, a la luz de tirios y troyanos, se trata de que no se nos trunque el camino y podamos seguir avanzando.

No se trata de criticar por criticar… Se trata de alertar, se trata de que no tenemos vías directas como hacer llegar nuestras alertas y los errores sigan poniendo en riesgo la revolución.

No se trata de querer ser dueños de la verdad…se trata de no creer en Mesías, ni extraterrestres, sino en el líder Hombre de carne y hueso que también tiene derecho a equivocarse y a tener a su pueblo acompañándolo y pendiente de cualquier gazapo o trampa que quieran tenderle.

No se trata de darle de que comer a la derecha... se trata de ser honestos con nosotros mismos a la hora de no aceptar cualquier desviación de cualquier funcionario público por mucho que se diga revolucionario.

No se trata de ser quintas columnas, o chavistas sin Chávez o saltadores de talanqueras, se trata de hacer lo que sea para impedir que la derecha vuelva al poder camino que estaríamos abonando si no seguimos el mismo ejemplo de nuestro líder de reconocer nuestras propias fallas.

No se trata de cerrar los ojos y decir que todo esta bien, se trata de saber que allí está un pueblo que se desmoraliza al ver las fallas y que se llena de impotencia al creer que los que acompañamos este proceso no las vemos.

Se trata pues en defender la revolución a costa de que seamos tildados como contrarrevolucionarios, cuando coincidimos con tantas voces de quienes no tenemos ninguna duda siempre han demostrado estar de nuestro lado y saber oír a tiempo y no cuando tengamos que lamentarnos por no hacerlo.

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